jueves, 30 de abril de 2020

Luciérnaga, por Gastón Gómez

LUCIÉRNAGA

Por Gastón Gómez, escritor bestia
De la obra Narraciones Ecológicas (2020)

Somos luz. El ying. En el caso de las hembras paradójicamente iluminamos más que los machos, a pesar de no poder volar. ¿Es que acaso volar es el anhelo de todo insecto? No lo sé, pregúntenle al ciempiés. En el caso de los machos nuestra esperma es lo que en películas malas de ciencia ficción  han bautizado como cryptonita; ahí radica nuestra bioluminiscencia. Existimos en forma de más de 2000 especies. El fotomestizaje es ineludible. Follamos, follamos y no nos cansamos de follar. Poseemos un dimorfismo sexual severo. Quizás por eso follamos tanto. Quizás no. No lo sé, ni me interesa, pero me gusta, ¡me encanta! Si la luz que generamos se situara en nuestras cabezas más que en la cutícula ectodérmica ubicada en la parte inferior del abdomen, créanme, pero ¡por favor!, ¡créanme luciernagues!, el cuento sería diferente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario