martes, 17 de febrero de 2015

Técnica y Tecnología

TÉCNICA Y TECNOLOGÍA

Extracto del libro La Apropiación del Intelecto (2015) de Antonio Baeza, E. B.


En contraposición a la técnica, sangre de lo industrial, hemos de mudar nuestra esperanza a la tecnología. La diferencia radica en la relación entre "persona" y "herramienta". La técnica implica la dictadura de la herramienta, que invade a la persona llevándole a convertirse en instrumento -a la usanza del cristianismo, recordémoslo- que es instrumento de otros, con la asunción de un falso criterio e intelecto que es considerado como "buen pensar". La tecnología, en cambio, tiene que ver con la producción humana de herramientas en cuanto herramientas. Se trata de la creación y puesta a disposición de otros de determinado objeto u operación que es útil para los propósitos, pero que permite un uso con apropiación por parte de las personas, entregando alternativas para el uso libre del criterio en su aplicación en una u otra tarea. En las escuelas, por ejemplo, vemos como los cuadernos empiezan el año dedicados a la técnica y luego, con los dibujos, los garabatos o los bocetos de ideas, pasan a operar como tecnología. Un computador puede pasar por algo similar. En general, los objetos pueden tomar carácter técnico o tecnológico de acuerdo a los principios, medios y fines que atraviesen su uso.

Ni siquiera es necesaria la técnica para producir tecnología, como muchos pudieran pensar rápidamente. No debe confundirse, de hecho, la técnica con el trabajo colectivo, dado que éste no ha de darse sólo de un modo alienado y bajo la herramienta dictadora. El trabajo, dentro de lo cual está el estudio, es transformación de la naturaleza -en cuanto lo dado- en colectivo y, en ese sentido, es un acuerdo. En una sociedad liberada, tales acuerdos mediante los cuales se producen los medios que necesitamos para subsistir y crear debieran darse entre intelectos apropiados que no sean herramienta de nadie, sino que artesanos que usan herramientas y, ante todo, deciden con propiedad el modo de usarlas. Al final, la técnica y la tecnología, así como la industria y el taller, se diferencian en un aspecto capital: La democratización de la decisión acerca de los modos.

Lo anterior abre el camino de ideas respecto a cómo favorecer, colectivamente, que los intelectos, en su formación, vayan ejerciendo su apropiación. Es de especial interés lo que ocurre en los lugares tradicionalmente considerados "educativos", como las escuelas o los colosos académicos, en cuanto se trata de posibles templos de emancipación intelectual que desaprovechan flagrantemente su potencial entregándose a la técnica y llevando a que quienes allí participan se subordinen al espacio, en vez de dar rienda suelta a las transformaciones que allí podrían realizar, conquistar el espacio para el uso creativo y apropiado de tecnologías -donde un hito sublime será la creación de nuevas tecnologías sin uso de la técnica- y, ante todo, propiciar un lugar de bienestar, buen trato y liberación, dejando fuera la opresión.


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