martes, 9 de mayo de 2017

Cuando el Cuerpo no apaga lo que el Alma enciende


CUANDO EL CUERPO NO APÀGA LO QUE EL ALMA ENCIENDE

Gastón Gómez, E. B., 2016.



el peso del sueño te golpea
y se te caen los ojos a pedazos
como los sucios rotos vasos
de aquella noche infame.

Cuando el cuerpo no apaga
lo que el alma enciende
entonces uno arde.
Caminas por el trapecio de la vida
que como mecha encendida de dinamita
en lento finiquito se consume.

Cuando el cuerpo no apaga
lo que el alma enciende
cada beso es un rifle en mi boca
en dirección al poniente;
cada gesto un soplo que enardece
brasas, tripas, úlceras, molleras.

Cuando el cuerpo no apaga
lo que el alma enciende
respecto del sol
es imposible cavilar comparaciones:
el sol con suerte calienta;
el sol jamás enciende.

Cuando el cuerpo no apaga
lo que el alma enciende
jugando a ser bomberos los poetas se divierten.

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